jueves, 19 de septiembre de 2013

La traición a la revolución popular





A cuarenta años del sanguinario golpe de estado que la derecha chilena, aliada al imperialismo norteamericano y con las FFAA del país usadas como su brazo armado, a sangre y fuego propinó a su propio régimen parlamentario burgués que ya no les servía para conservar el poder… el pueblo sigue esperando alcanzar una sociedad democrática inclusiva, más justa, libre e igualitaria, una sociedad humanista y solidaria, como la que el asesinado presidente constitucional Salvador Allende deseaba.

Lobos disfrazados de ovejas

Mientras la derecha, a raíz de la cobertura mediática de la verdad “detenida desaparecida en dictadura y el período de reconciliación” que los medios de comunicación han entregado después del guiño hecho por el gobierno sobre la herida abierta del tema de los derechos humanos, donde el poder judicial tibiamente pidió disculpas por la denegación de justicia… por “no haber hecho más” o lo que debía en dictadura… pretende exculparse moralmente del sangriento golpe militar, usando como justificación, supuestamente, el derecho universal a rebelión… argumento usado por el historiador - acérrimo Pinochetista – José Rojas, ante un supuesto gobierno “ilegitimo, despótico y tiránico” de la marxista Unidad Popular, gobierno constitucional, que fue elegido democráticamente, que no prohibió ni cerro ningún medio de comunicación opositor, que no encarceló, ni hizo desaparecer, que no secuestró ni degolló, que no quemó vivo a opositores, que nunca cerró el Congreso ni el Senado, que nunca declaró ilegales a los partidos políticos, ni siquiera declaró estado de sitio después del Tanquetazo terrorista, ni ordenó juzgar por sedición o traición a la patria a los militares complotados… esos instigadores del quiebre constitucional, cómplices y encubridores pertenecientes a una derecha golpista y reaccionaria, que se siente libre de culpas y alientan, tanto la candidata del partido militar y de la alianza empresarial, hija del representante de la aviación en la Dictadura que violaba los derechos humanos con todo el poder del estado, junto al montonero matonezco y violentista reaccionario legislador Moreira, que declaró soberbiamente “eran ellos o nosotros”, asumiendo que “ellos” son la gente humilde, los trabajadores, los campesinos, las mujeres, los estudiantes, el pueblo marginado por el sistema, los pobladores que esperan un país más justo, con mejor distribución de la riqueza… a los mismos que él les pide los votos en las elecciones… “ellos eran y son sus enemigos”…  junto a algunos desmarcados que se muestran como alternativos, jóvenes y simpáticos, pero que siguen siendo de esa es la derecha retrograda que hoy se declara “demócrata” y pide que voten por ellos para un nuevo período presidencial.

Quienes ayer eran capitán, hoy son solo timonel  

Los partidos políticos que participaron de la utópica (porque no alcanzó a concluir) experiencia de la Unidad Popular, hoy participan del poder económico y de la pseuda democracia instaurada a sangre y fuego por la Dictadura de Pinochet y la oligarquía imperialista… el repliegue y la posterior recomposición orgánica clandestina de los partidos populares en Dictadura, ya sean o se digan revolucionarios y reformistas, les hizo asumir un pragmatismo oportunista que se instauro, tanto en el periodo de lucha social como después de la derrota militar y política del movimiento socialista europeo y latinoamericano. Fue así como poco a poco, se fue abandonando la idea de la revolución popular que inició como paradigma del siglo XX, y que entre las décadas del 60 al 80 definieron el carácter de la revolución chilena… Las alianzas se fueron dando desde la centro derecha, hacia el denominado centro político -que en el periodo parlamentario participo activamente en el quiebre constitucional, apoyando a la derecha extremista para usar las FFAA, como brazo armado de la oligarquía, y dar el golpe-  y la izquierda, en la posterior lucha por reconquistar la democracia… y la idea fuerza de derrotar a la Dictadura por la vía pacifica, ganó terreno, para concluir en el pacto social con la oligarquía y la derecha económica nacional, sacrificando las ilusiones del pueblo y la clase popular por alcanzar una sociedad más justa y verdaderamente democrática participativa, aceptando como el mal menor, alcanzar la verdad y la justicia en “la medida de lo posible” y la teoría económica “del chorreo” producto del desarrollo económico de las clases burguesa, oligárquica e industrial… con “mejor distribución de la riqueza” por la vía de la asistencia subsidiaria estatal, con un Estado minimizado que favorezca a las clases altas que se encargarán de generar empleos precarios y flexibles a los vaivenes económicos; un modelo de relaciones laborales que apunte a este tipo de desarrollo económico denominado de “flexibilidad laboral”, que entrega los servicios públicos (agua, luz, comunicaciones y la previsión social) para hacer negociados, junto a la educación y la salud, que debería ser garantizada por el Estado, estatal y gratuita.
 Los partidos populares chilenos asumen, unos antes y otros después, esta realidad y el modelo postmoderno imperial denominado “neoliberal” es criticado pero se acepta, y se asume como dogma la posibilidad de mejorarlo o modificarlo solo por la vía de las reformas dentro del marco legal impuesto de manera fraudulenta; mientras que en Latinoamérica, poco a poco, algunos países lo desechan y asumen procesos para el desmantelamiento constitucional del modelo, en Chile, los que se denominan de izquierda o centroizquierda lo perfeccionan y lo profundizan. A pesar que en la última crisis económica, que demuestra la debilidad e inestabilidad del modelo imperante, que acentúa las desigualdades y la dependencia foránea, un gran sector político de centroizquierda comienza a salir del duopolio político sistémico, planteando romper el sistema electoral bi-nominal y modificar el modelo; el principal partido de izquierda anti sistémico, el PC, se integra al duopolio en crisis… debilitando la opción contraria y alternativa por la que siempre luchó o dijo luchar, opción que podría haber liderado o fortalecido… logrando con un oportunismo sin precedente posicionarse dentro del mismo sistema que dice rechazar, apoyando y aportando a la opción que mantiene el modelo y al sector que lo administró durante la transición. Todas las persecuciones, desapariciones, asesinatos, la lucha clandestina de muchos y la sangre derramada, quedo en retorica y homenajes sinsentido, los congresos y plenos que reivindicaron la lucha armada defensiva y la revolución, pasaron a ser letra muerta.

Que se ofrece hoy?

La oferta democrática de temporada sigue siendo casi la misma… con algunas excepciones. Por primera vez postulan casi una decena de candidatos presidenciales, que se disputan la presidencia y viene a proponer alternativas en este sistema bi-nominal, sabiendo que las dos primeras mayorías serán los que compitan en segunda vuelta y estos de seguro corresponderán a los dos bloques políticos que mantienen el sistema, la vieja y la nueva derecha representadas por “La Alianza” y “La Nueva Mayoría”.
Para las dos coaliciones el modelo de crecimiento económico se mantiene en lo sustantivo, con modificaciones tributarias propuestas por “la nueva mayoría” apuntando a las reformas en Educación pública y el financiamiento de subsidios sociales, para mejorar por esta vía la distribución de la riqueza... de los otros candidatos, con la excepción de un par de ellos que perteneciendo al bloque bi-nominal se presentan como alternativos, el discurso muestra la intención de cambiar en mayor o menor medida el modelo, con la propuesta de modificar la Constitución para realizar los cambios poniéndose a tono con la tendencia de integración latinoamericana. Pero esta oferta también, junto con elegir al gobernante para los próximos cuatro años y los legisladores de las cámaras, además de los consejeros regionales; tienen la particularidad de ofrecer que los electores puedan expresarse –ilegalmente– por una Asamblea Constituyente (posibilidad reconocida por el Servel, que aceptará los votos blancos, nulos y objetados marcados con una “AC” como válidos) para legitimar la alternativa del plebiscito como forma de un posible cambio a la Constitución de la República, que requiere de cuorum especial en el poder legislativo y que por la actual ley electoral es imposible de alcanzar. Enclave constitucional dejado en la Constitución del ´80, que fue redactada entre cuatro paredes por la Dictadura Militar junto a la camarilla derechista de los Chicago Boys… aprobada en un referéndum sin registros electorales y reformada superficialmente por el parlamento, “representante” de los electores inscritos voluntariamente, que no alcanzaban a ser el 60% de los ciudadanos con derecho a voto, legitimándola además en una elección con mayoría simple, en el período denominado transición democrática. Nunca hubo por lo tanto una Asamblea Constituyente participativa.
En esta elección por lo tanto, con la inscripción automática, existe un componente adicional que deja las cosas inestables para los dos conglomerados políticos sistémicos, el gran porcentaje de electores juveniles que, hasta ahora, no había participado y que puede desestabilizar el stabliment político… exigiendo una Asamblea Constituyente para redactar una NUEVA CONSTITUCIÓN participativa y democrática que les represente. Después se verá si realmente hay una mayoría que desea los cambios y se reconoce la voz del pueblo en esta impuesta “democracia representativa” sobreponiéndose a la traición que comenzó antes de la primavera de hace cuarenta años y que se mantiene aún apoyada por los viejos partidos políticos que antes se decían populares.