A
cuarenta años del sanguinario golpe de estado que la derecha chilena, aliada al
imperialismo norteamericano y con las FFAA del país usadas como su brazo
armado, a sangre y fuego propinó a su propio régimen parlamentario burgués que
ya no les servía para conservar el poder… el pueblo sigue esperando alcanzar
una sociedad democrática inclusiva, más justa, libre e igualitaria, una
sociedad humanista y solidaria, como la que el asesinado presidente constitucional
Salvador Allende deseaba.
Lobos disfrazados de ovejas
Mientras
la derecha, a raíz de la cobertura mediática de la verdad “detenida
desaparecida en dictadura y el período de reconciliación” que los medios de
comunicación han entregado después del guiño hecho por el gobierno sobre la
herida abierta del tema de los derechos humanos, donde el poder judicial
tibiamente pidió disculpas por la denegación de justicia… por “no haber hecho
más” o lo que debía en dictadura… pretende exculparse moralmente del sangriento
golpe militar, usando como justificación, supuestamente, el derecho universal a
rebelión… argumento usado por el historiador - acérrimo Pinochetista – José
Rojas, ante un supuesto gobierno “ilegitimo, despótico y tiránico” de la marxista
Unidad Popular, gobierno constitucional, que fue elegido democráticamente, que
no prohibió ni cerro ningún medio de comunicación opositor, que no encarceló,
ni hizo desaparecer, que no secuestró ni degolló, que no quemó vivo a
opositores, que nunca cerró el Congreso ni el Senado, que nunca declaró
ilegales a los partidos políticos, ni siquiera declaró estado de sitio después
del Tanquetazo terrorista, ni ordenó juzgar por sedición o traición a la patria
a los militares complotados… esos instigadores del quiebre constitucional,
cómplices y encubridores pertenecientes a una derecha golpista y reaccionaria,
que se siente libre de culpas y alientan, tanto la candidata del partido
militar y de la alianza empresarial, hija del representante de la aviación en
la Dictadura que violaba los derechos humanos con todo el poder del estado,
junto al montonero matonezco y violentista reaccionario legislador Moreira, que
declaró soberbiamente “eran ellos o nosotros”, asumiendo que “ellos” son la
gente humilde, los trabajadores, los campesinos, las mujeres, los estudiantes,
el pueblo marginado por el sistema, los pobladores que esperan un país más
justo, con mejor distribución de la riqueza… a los mismos que él les pide los
votos en las elecciones… “ellos eran y son sus enemigos”… junto a algunos desmarcados que se muestran
como alternativos, jóvenes y simpáticos, pero que siguen siendo de esa es la
derecha retrograda que hoy se declara “demócrata” y pide que voten por ellos para
un nuevo período presidencial.
Quienes ayer eran capitán, hoy son solo timonel
Los
partidos políticos que participaron de la utópica (porque no alcanzó a
concluir) experiencia de la Unidad Popular, hoy participan del poder económico
y de la pseuda democracia instaurada a sangre y fuego por la Dictadura de
Pinochet y la oligarquía imperialista… el repliegue y la posterior
recomposición orgánica clandestina de los partidos populares en Dictadura, ya
sean o se digan revolucionarios y reformistas, les hizo asumir un pragmatismo
oportunista que se instauro, tanto en el periodo de lucha social como después
de la derrota militar y política del movimiento socialista europeo y
latinoamericano. Fue así como poco a poco, se fue abandonando la idea de la
revolución popular que inició como paradigma del siglo XX, y que entre las
décadas del 60 al 80 definieron el carácter de la revolución chilena… Las
alianzas se fueron dando desde la centro derecha, hacia el denominado centro
político -que en el periodo parlamentario participo activamente en el quiebre
constitucional, apoyando a la derecha extremista para usar las FFAA, como brazo
armado de la oligarquía, y dar el golpe- y la izquierda, en la posterior lucha por
reconquistar la democracia… y la idea fuerza de derrotar a la Dictadura por la
vía pacifica, ganó terreno, para concluir en el pacto social con la oligarquía
y la derecha económica nacional, sacrificando las ilusiones del pueblo y la
clase popular por alcanzar una sociedad más justa y verdaderamente democrática
participativa, aceptando como el mal menor, alcanzar la verdad y la justicia en
“la medida de lo posible” y la teoría económica “del chorreo” producto del
desarrollo económico de las clases burguesa, oligárquica e industrial… con “mejor
distribución de la riqueza” por la vía de la asistencia subsidiaria estatal,
con un Estado minimizado que favorezca a las clases altas que se encargarán de
generar empleos precarios y flexibles a los vaivenes económicos; un modelo de
relaciones laborales que apunte a este tipo de desarrollo económico denominado
de “flexibilidad laboral”, que entrega los servicios públicos (agua, luz,
comunicaciones y la previsión social) para hacer negociados, junto a la
educación y la salud, que debería ser garantizada por el Estado, estatal y
gratuita.
Los partidos populares chilenos asumen, unos
antes y otros después, esta realidad y el modelo postmoderno imperial
denominado “neoliberal” es criticado pero se acepta, y se asume como dogma la
posibilidad de mejorarlo o modificarlo solo por la vía de las reformas dentro
del marco legal impuesto de manera fraudulenta; mientras que en Latinoamérica,
poco a poco, algunos países lo desechan y asumen procesos para el desmantelamiento
constitucional del modelo, en Chile, los que se denominan de izquierda o
centroizquierda lo perfeccionan y lo profundizan. A pesar que en la última
crisis económica, que demuestra la debilidad e inestabilidad del modelo
imperante, que acentúa las desigualdades y la dependencia foránea, un gran
sector político de centroizquierda comienza a salir del duopolio político
sistémico, planteando romper el sistema electoral bi-nominal y modificar el
modelo; el principal partido de izquierda anti sistémico, el PC, se integra al duopolio
en crisis… debilitando la opción contraria y alternativa por la que siempre
luchó o dijo luchar, opción que podría haber liderado o fortalecido… logrando
con un oportunismo sin precedente posicionarse dentro del mismo sistema que
dice rechazar, apoyando y aportando a la opción que mantiene el modelo y al
sector que lo administró durante la transición. Todas las persecuciones,
desapariciones, asesinatos, la lucha clandestina de muchos y la sangre
derramada, quedo en retorica y homenajes sinsentido, los congresos y plenos que
reivindicaron la lucha armada defensiva y la revolución, pasaron a ser letra
muerta.
Que se ofrece hoy?
La
oferta democrática de temporada sigue siendo casi la misma… con algunas excepciones.
Por primera vez postulan casi una decena de candidatos presidenciales, que se
disputan la presidencia y viene a proponer alternativas en este sistema bi-nominal,
sabiendo que las dos primeras mayorías serán los que compitan en segunda vuelta
y estos de seguro corresponderán a los dos bloques políticos que mantienen el
sistema, la vieja y la nueva derecha representadas por “La Alianza” y “La Nueva
Mayoría”.
Para
las dos coaliciones el modelo de crecimiento económico se mantiene en lo
sustantivo, con modificaciones tributarias propuestas por “la nueva mayoría”
apuntando a las reformas en Educación pública y el financiamiento de subsidios
sociales, para mejorar por esta vía la distribución de la riqueza... de los
otros candidatos, con la excepción de un par de ellos que perteneciendo al
bloque bi-nominal se presentan como alternativos, el discurso muestra la
intención de cambiar en mayor o menor medida el modelo, con la propuesta de
modificar la Constitución para realizar los cambios poniéndose a tono con la
tendencia de integración latinoamericana. Pero esta oferta también, junto con
elegir al gobernante para los próximos cuatro años y los legisladores de las
cámaras, además de los consejeros regionales; tienen la particularidad de
ofrecer que los electores puedan expresarse –ilegalmente– por una Asamblea
Constituyente (posibilidad reconocida por el Servel, que aceptará los votos
blancos, nulos y objetados marcados con una “AC” como válidos) para legitimar
la alternativa del plebiscito como forma de un posible cambio a la Constitución
de la República, que requiere de cuorum especial en el poder
legislativo y que por la actual ley electoral es imposible de alcanzar. Enclave
constitucional dejado en la Constitución del ´80, que fue redactada entre
cuatro paredes por la Dictadura Militar junto a la camarilla derechista de los
Chicago Boys… aprobada en un referéndum sin registros electorales y reformada
superficialmente por el parlamento, “representante” de los electores inscritos
voluntariamente, que no alcanzaban a ser el 60% de los ciudadanos con derecho a
voto, legitimándola además en una elección con mayoría simple, en el período denominado
transición democrática. Nunca hubo por lo tanto una Asamblea Constituyente
participativa.
En
esta elección por lo tanto, con la inscripción automática, existe un componente
adicional que deja las cosas inestables para los dos conglomerados políticos sistémicos,
el gran porcentaje de electores juveniles que, hasta ahora, no había
participado y que puede desestabilizar el stabliment político… exigiendo una
Asamblea Constituyente para redactar una NUEVA
CONSTITUCIÓN
participativa y democrática que les represente. Después se verá si realmente
hay una mayoría que desea los cambios y se reconoce la voz del pueblo en esta
impuesta “democracia representativa” sobreponiéndose a la traición que comenzó
antes de la primavera de hace cuarenta años y que se mantiene aún apoyada por
los viejos partidos políticos que antes se decían populares.