martes, 19 de febrero de 2019

Analisis nacional

[COLUMNA OPINIÓN]

La derecha y las palabras.

Converso con muchas personas, por la naturaleza de mi trabajo como terapeuta. Veo las noticias de la televisión, también las escucho en la radio, hablo con mis socias y socios como dirigente sindical y no dejo de asombrarme cómo las personas le creen a las palabras que salen de la boca de las y los dirigentes de la derecha.
Primero pensé que las personas eran demasiado ingenuas, luego, que nosotras (os) las y los chilenos habíamos quedado demasiado traumatizados con el golpe militar y era preferible creer cualquier cosa, antes de volver a transitar por ese momento oscuro y doloroso.
Recuerdo el eslogan de Piñera en su primera campaña para presidente: “una mano firme, para combatir los delitos pero, también una mano acogedora para ayudar a los más necesitados”. ¿Quién no va a estar de acuerdo con tamaño eslogan? El problema es que las personas lo creyeron, pensaron que efectivamente eso sucedería. El de esta campaña: “tiempos mejores”. También  lo creyeron, y estamos con la locomoción más cara de Latinoamérica, el trabajo cada vez más precarizado, zonas de sacrificio sin importar a las y los que las habitan, asesinato de dirigentes sociales, pensiones de miseria y más plata para el robo de las afp, disminución dramática de la gratuidad en educación, rebaja inmoral de presupuesto para salud pública, aumento de tag sin lógica alguna, sequía en pueblos completos porque empresarios roban el agua para sus cultivos y pecunio personal, aumento de la tasa de suicidio juvenil y del adulto mayor, junto al aumento explosivo de los trastornos de la salud mental de chilenas y chilenos (drogadicción, violencia intra y extra familiar, crisis de pánico, ansiedad, depresión, trastorno del comportamiento en niños y adultos, delincuencia, etc.). Y éstos serían los tiempos mejores. Pero el eslogan penetró y las personas creyeron.
La derecha tiene un lenguaje que penetra.
Si escuchamos sus discursos, hablan de aquello que es común, cercano, amigable. Nos dicen: “nuestros hijos, nuestras mujeres, nuestros ancianos”, nos hablan de las personas “de bien”, de las y los “trabajadores”, de recompensar el esfuerzo personal, ¿quién no se esfuerza para sobrevivir? Nos aseguran que están haciendo todo un esfuerzo para que vivamos felices y, ¿quién no querría ser feliz?
El problema entonces no radica en el lenguaje.
El problema, el grave problema es que nada de lo que dice la derecha es realmente cierto. Pero el ciudadano común, usted o yo, no tenemos cómo enterarnos de que su lenguaje está vacío, que son sólo palabras que salen de sus bocas.
Pongamos algún ejemplo para entender cómo funciona. Hace un tiempo ya, la derecha dijo: se acabarán las listas de espera en los centros de salud porque era inhumano e indigna esa situación, lo hizo con una gran parafernalia en prensa. Las personas, felices, por fin se acabaría la inequidad en el acceso a salud. Pero qué ocurrió en la realidad?  Comenzaron a llamar a personas que hacía años esperaban atención, hasta que la terea se les hizo insostenible. No había suficientes especialistas para atender a tan grande población, ni tampoco existían los centros para ello. Qué hicieron? Desaparecieron las listas y solucionado el problema. Ya no había personas a quién citar. Pero eso no se supo.
En el tema laboral podríamos mencionar cientos de ejemplos de que la derecha son sólo palabras, pero mencionaré un episodio reciente. Durante el mes de enero del 2019, estuvimos ad portas de un paro nacional de los trabajadores de la atención primaria, con el consecuente perjuicio para las y los usuarios porque no tendríamos sueldo ese mes. Por qué? Porque el ministro de salud salió de vacaciones y no firmó un decreto que permitía pagaran nuestro sueldo. Eso es lo que le importa a la derecha las personas y las y los trabajadores. Pero en la tele habla de dignidad de los más necesitados, y las personas le creen.
Las palabras no van aparejadas a alguna acción que signifique hacer realidad lo que prometen o comprometen.
No podrían. Por qué? Simplemente porque sus palabras contradicen al modelo que sustentan. Me refiero al modelo económico. Para que éste funcione, deben profundizar un modelo extractivista, es decir, sin desarrollar industria, por tanto, no necesitan crear puestos de trabajo. Necesitan traspasar la máxima cantidad de empresas del estado a manos privadas concentrando la riqueza. Sólo así funciona el “chorreo”, que es la política que implementaron a ultranza los chicago boys, durante la dictadura y que profundizó posteriormente la Concertación. Ejemplo de ello, la ley de pesca, 7 familias dueñas del mar de Chile. Había que quitar derechos a las y los trabajadores. Había que financiar a los grandes empresarios, de ahí las afp, que han dejado en la indigencia a los adultos mayores. Y podría seguir mencionando una lista extensa para graficar que lo que sale de la boca de la derecha, es imposible que se cumpla.
El lenguaje de la derecha está vacío de contenido para el pueblo, es decir, no existe ningún interés en solucionar los problemas de las personas.Son palabras articuladas como frases comprensibles que apelan al sentido común, un sentido común ávido de esperanzas.

Claudia Paredes C.
Magister en terapia ocupacional, dirigenta sindical y militante de MDP.

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