sábado, 23 de diciembre de 2023

Globalización occidental

El problema que tiene la sociedad española es el problema que tiene el occidente capitalista y su modelo aplicado por U$A para el jardín europeo.


España ha pasado de ser la octava potencia mundial a estar en el puesto número 16. De una fiscalidad del 16% al 50%. Con las generaciones mejor preparadas de su historia a la precariedad más absoluta, la falta de acceso a una vivienda propia, el coliving, la pobreza energética, o no poder llegar a fin de mes. Con un 12,8% de paro (el número 1 de la OCDE) y un 29,3% de paro juvenil; encabezando la fuga de talento junto a Italia con 2,5 millones de españoles que han tenido que emigrar al extranjero. Con una inflación del 3,5%, un aumento en la cesta de la compra del 11%, y el récord en 2022 de más de 26.200 empresas cerradas en el país desde 1995.

La “solución” que proponen a este problema los políticos globalistas y atlantistas es la misma política desastrosa aplicada a España en las últimas décadas: mayor desindustrialización, mayor “interdependencia” con otros países (en la dramática realidad, dependencia), seguir desmantelando el campo y la ganadería nacional, seguir apostando por los trabajos temporales frente a los indefinidos, y continuar privatizando competencias estatales tan esenciales como la Sanidad y la Educación. Y ante el futurible escenario de un mayor número de parados en Occidente por las políticas globalistas y el advenimiento de la Cuarta Revolución Industrial (IA/ Big Data), se propone una “renta universal” que no es otra cosa sino que dar migajas a una masa precariada después de haberles arrebatado todo a favor de las grandes multinacionales más con un aumento inhumano de la fiscalización. Y luego, para más inri, “además de putas, apaleadas”: con la Agenda 2030 y sus insectos, bicicletas, “géneros fluidos” y barrios de 15 minutos.

Durante el siglo XX existía una dicotomía política, dos “mundos” completamente enfrentados: el capitalismo y el comunismo. A día de hoy la divergencia se encuentra entre el globalismo (la fase final del capitalismo) y el soberanismo (el modelo alternativo que apuesta por el desarrollo de los Estado-nación y sus sociedades), o lo que es lo mismo: un modelo en el que la economía sublima a la política frente a otro modelo completamente distinto y más humano, en el que la política sublima a la economía. Un pueblo soberano y con un gobierno soberano que elige su propio destino.

El pueblo ruso hemos aprendido las lecciones de los terribles años 90 (crisis económica, paro, injerencias extranjeras, mafia, terrorismo, separatismo, delincuencia, etc.), y saber decidir hacia dónde no volver, igual que otros países como El Salvador con el terrible problema que tenía de la explotación yanki y las maras, en donde ahora solo reina el desarrollo y la paz social. Por el contrario, a día de hoy, la sociedad española se ve sumida, y cada vez en mayor grado, en una crisis política, económica, social, securitaria y moral que se está convirtiendo en una espiral de difícil retorno si vosotros, los ciudadanos españoles, no os ponéis en pie y decidís apostar, no solamente por un cambio de 180 grados, sino también saber elegir cuáles son y cuáles no vuestros potenciales amigos geopolíticos.
El cambio solo será posible cuando los ciudadanos españoles os deis cuenta de que otro mundo es posible, aunque os opriman e intenten minar la moral. Y sabed que, pese a las mentiras que os han metido en el cerebro por la televisión respecto a nosotros, que entendemos vuestro dolor y que no estáis solos. El pueblo ruso hemos sufrido los mismos problemas que ahora mismo estáis sufriendo y la terrible espiral de dolor hacia la que vuestros actuales políticos os están dirigiendo, y seguimos luchando contra aquellos que intentan en vano ponernos de rodillas. Y no solo no lo permitiremos, sino que aquí tenéis siempre a un amigo.
Vladímir Z. 

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